COLABORANDO CON LA
SOCIEDAD
Este
siglo 21 que estamos viviendo ha ido siguiendo un curso que aparenta mucho
conducirse al apocalipsis. Y si no, vean unos pocos ejemplos que avalan dicha
idea: el 11/09/01; 11/03/04/; Charlie Hebdo en el 2015; tornados y terremotos
en Uruguay; Chapecoense; Uruguay 4º en Sudáfrica 2010; Peñarol antepenúltimo en
2016. Y eso solo mencionando unos pocos de todos los desastres naturales y/o
provocados que están ocurriendo.
Por
lo cual no debe extrañar a nadie que nuestro país esté atravesando una crisis
general de proporciones, seguramente por algún terremoto interno que se produjo
en el seno del partido gobernante y que escapó al registro sismográfico, o al
que prudencial y previsoriamente no se publicitó.
En
estas circunstancias, se nos ocurre que sería una buena actitud de nuestra
población adoptar sugerencias tendientes a colaborar y ofrecer soluciones para
las distintas áreas regidas por nuestros amados y sufridos gobernantes.
Uno
de los numerosos problemas que nos afectan, y creo que no el menor, es el de
los accidentes de tránsito con sus importantes secuelas de pérdida de vidas,
incapacidades, etc. Si bien se han instrumentado medidas muy acertadas, como la
instalación de cámaras de vigilancia en las calles (y que aparentemente ya han
dado sus frutos con la disminución de los accidentes), me he permitido ofrecer esta
sugerencia al Ministerio de Transporte y Obras Públicas sobre modificación de
algunas de las señales de tránsito.
En
efecto, las tradicionales usadas hasta el momento entiendo que adolecen, por su
uniformidad, falta de atractivo y claridad en el concepto, de la virtud de
atraer a los conductores y transeúntes y provocar una reacción positiva que
favorezca el cumplimiento vial que se pretende.
Mi
sugerencia, por tanto, es transformar dichas señales en imágenes claras y
fácilmente apreciables que guíen a dichos viandantes en su conducta.
Veamos
algunos ejemplos:
Quizás
se podría argumentar dificultades en el costo e instalación de las mismas, cosa
totalmente rebatible si uno piensa en qué se han gastado los dineros públicos
últimamente, y en el tamaño de los
comerciales que tapizan las calles de Montevideo y rutas principales.
Además,
y eso me consta, la gente circularía con mejor cara, más feliz y no con el
semblante habitual de tener callos o hemorroides inflamados/as.
Si
están de acuerdo, hacemos un grupo y juntamos firmas por Avaaz o alguno de esos
movimientos en la web. Total, a lo mejor, ¿quién te dice?, no hay peor gestión
que la que no se hace.
Besitos.
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