ME AGARRÓ LA PSG
La vida se nos ha ido inundando de siglas al mejor estilo american way of life, a tal punto que se corre serio riesgo de quedarse lo más tranquilo en casa cuando le avisan que el cónyuge se vio involucrado en un PCR, creyendo que le había subido un poco la proteína C reactiva, cuando en realidad se trataba de un paro cardio-respiratorio.
A diario uno es acribillado por los SMS (Stupid Masturbatory Sistem), los IRPF (Intentá Rajar Por el Fondo), el BROU (Banco Raudo en Ordeñar Uruguayos) y las ETS (Enfermedades Típicamente Socialistas). Las siglas se han apoderado de los usos y las costumbres de la gente, que ya cuando sale a la calle debe munirse del HQT, BDV, y el FCMA ( respectivamente: hola, qué tal – buen día, vecino – fijáte cómo manejás, animal!).
Y a mi me agarró la PSG.
Yo sabía que no era el que yo conocía, el París Saint-Germain, que es un cuadro de fútbol francés bastante bueno, en el que jugó el Enzo, por ejemplo. Cuando me dijeron que me la tenía que medir, pensé que a lo mejor era la Presión Sistólica Geróntica, pero al enterarme de que para la PSG tenía que irme a una clínica a dormir toda la noche, ¡zás, ya sé!!, es la Primera Sensación Gustativa, en ayunas y recién despierto.
Pero tampoco. Era una Polisomnografía, indicada porque últimamente me duermo en cualquier lado, ronco como un berebere macho en celo y parece que también a veces hago pausas, dejo de respirar un ratito, para alarma y beneplácito de los contertulios. No sé si alarma cuando dejo de respirar y beneplácito cuando arranco de nuevo, o al revés.
Uno supondría (yo suponía) que un estudio destinado a monitorear las posibles alteraciones y desvíos de la normalidad del sueño de un individuo, debería estar instrumentado de manera tal que no interfiriera con el curso habitual del paso de la vigilia al sueño ni con el decurso posterior del mismo.
Graso, grasísimo, grasientísimo error.
En la previa todo parecía fácil y sencillo: presentarse a la hora 21, ya cenado y dispuesto a dormir toda la noche. No se permiten acompañantes durante el transcurso del estudio, cosa que me pareció lógica, para qué Demóstenes un acompañante si te vas a pasar durmiendo todo el tiempo, pero además hay otra razón, que más adelante les contaré, para no permitirlos.
Por supuesto que fue imposible convencer a las mujeres de la familia de que perfectamente podía ir solo, hacerme el estudio y al otro día volverme a casa lo más campante y bien dormido. Así que allá aparecí a las 20:50 con mi hija, que llevó el paquete, lo entregó y se volvió.
Arrancamos con el interrogatorio acerca de filiación, antecedentes, medicación en curso, etc., muy completo y detallado, que nos insumió unos 45 minutos. En parte por lo detallado, pero más porque uno pensaría (yo pensaba) que existiría un formulario con toda la requisitoria ya detallada para ir llenando paso por paso. Nuevo error obeso: la pobre licenciada iba anotando en una hoja A4 con su letra menuda y parejita, pero para mi sorpresa lo hacía por sectores. Empezó arriba, como cualquiera que anota en una hoja, pero iba dejando espacios a los que volvía luego rellenando con mis respuestas a las preguntas que se le iban ocurriendo sobre la marcha. De ahí deduje que el formulario sí debería existir y, una de dos: o se le habían terminado, o estaba en etapa de prueba sin imprimir todavía y lo llenaría después. Cuando terminamos me di cuenta de que no habíamos terminado, porque me sugirió que me fuera metiendo en la cama – previas gestiones que uno realiza antes de meterse en la cama – mientras ella pensaba y si se le había quedado alguna pegunta en el tintero me la hacía después.
Y ahora viene lo bueno. Con el fin de que los registros de mi actividad durante el sueño fueran diversos y ajustados (algunos eran realmente apretados), una vez que gestioné y me acosté, la rubita procedió a colocarme, a saber dos puntos
- 2 ó 3 electrodos en cada pantorrilla, para saber si uno es de los que cuando se duerme, patea.
- Todos los electrodos para registro del electrocardiograma, que como todo el mundo sabe son unos cuantos, entre tórax y miembros (no, sólo superiores e inferiores, ese se salvó).
- Un cinturón de esos tipo riñonera a la altura del ombligo y otro igual a nivel del tercio medio del esternón, para registrar la respiración abdominal y torácica (estos eran los apretaditos). Y aquí me di cuenta por qué no se permitían acompañantes: para no tener que ponerme, además, el de castidad.
- Todos los electrodos para registro del electro-encéfalograma, que como todo el mundo no sabe y yo tampoco, son muchos más, como 12 y sobre el cuero cabelludo, sujetaditos como toooooodos los anteriores con su respectivo pedacito de leuco.
- Y bueno, finalmente, unos 517 electrodos hábilmente diseminados sobre toda la fisonomía del que suscribe, para registrar la actividad muscular facial, incluyendo un bigote de alambre que debe haber sido algo así como el del Inspector Clouseau. Cada aplicación precedida por la respectiva refregadita de algodón con alcohol – “aprete el ojo, no le vaya a entrar alcohol” me dijo la guacha de mierda mientras me incrustaba uno justo donde se juntan los dos párpados del lado de afuera – y seguida del respectivo pedacito de leuco.
Cuando la GM, volviendo un poco a lo de las siglas, me preguntó para que lado dormía, ahí me invadió el temor de que no me hubiera fijado y me habían dado hora para el 28 de Diciembre. ¿O me habría agarrado una metástasis de Tinelli en el Uruguay? Le respondí que para los dos lados, y creo que no le agregué como todo el mundo para que no creyera que la estaba tratando de burra. Pero resulta que la GM estaba programada para que le dieran como respuesta derecha o izquierda, no le introdujeron la opción ambos. Para lo que tampoco estaba programada era para decirme que de eso dependía de qué lado enchufaba todo el cablerío, que parece que es cortón y por eso no acepta la opción ambos. Como tuve que optar por una, le dije izquierda por supuesto, y allá fueron todas mis conexiones. Con la consecuencia que más o menos en el canto IV de mi Odisea personal, cuando me di vuelta para la derecha, porque ya se me estaban necrosando los glúteos y la piel sobre el trocánter izquierdo, apareció la GM como pelado sin lengua a reconectarme todos los desenchufes que provocó mi incomprensible actitud.
Bueno, les ahorro la secuencia paso a paso de lo que fue el tratar de dormir en esas condiciones. Sólo espero que a lo mejor algún día Spielberg lea esto y me compre los derechos para la superproducción “Hell down south: PSG!!” Cuando la den, les recomiendo especialmente la escena que comienza cuando la GM – la otra, porque a la 1 y 30 cambiaron – entra cantando “A desalambraaar, a desalambraaarr!!” y arranca uno por uno los 6553 pedacitos de leuco sitos en términos generales sobre las zonas pilosas más prolíficas del berebere macho, al que se le fue el celo hace horas.
Y la frutilla: el resultado lo va a tener en un mes aproximadamente, nosotros le avisamos cuándo puede pasar a retirarlo. Estoy seguro que van a pedir una prórroga, no creo que vaya a ser nada fácil interpretar el rayerío que debe haber quedado en esas condiciones.
PD: ¡Ah!, las preguntas que efectivamente se le habían quedado en el tintero a la GM1, me las hizo la GM2 antes de desalambrarme, a las 6 menos cuarto de la mañana y yo con un sueño que estoy seguro le contesté cualquier cosa.
Y volviendo a las siglas, no se distraigan que se viene el P.S.I.!!!!
La vida se nos ha ido inundando de siglas al mejor estilo american way of life, a tal punto que se corre serio riesgo de quedarse lo más tranquilo en casa cuando le avisan que el cónyuge se vio involucrado en un PCR, creyendo que le había subido un poco la proteína C reactiva, cuando en realidad se trataba de un paro cardio-respiratorio.
A diario uno es acribillado por los SMS (Stupid Masturbatory Sistem), los IRPF (Intentá Rajar Por el Fondo), el BROU (Banco Raudo en Ordeñar Uruguayos) y las ETS (Enfermedades Típicamente Socialistas). Las siglas se han apoderado de los usos y las costumbres de la gente, que ya cuando sale a la calle debe munirse del HQT, BDV, y el FCMA ( respectivamente: hola, qué tal – buen día, vecino – fijáte cómo manejás, animal!).
Y a mi me agarró la PSG.
Yo sabía que no era el que yo conocía, el París Saint-Germain, que es un cuadro de fútbol francés bastante bueno, en el que jugó el Enzo, por ejemplo. Cuando me dijeron que me la tenía que medir, pensé que a lo mejor era la Presión Sistólica Geróntica, pero al enterarme de que para la PSG tenía que irme a una clínica a dormir toda la noche, ¡zás, ya sé!!, es la Primera Sensación Gustativa, en ayunas y recién despierto.
Pero tampoco. Era una Polisomnografía, indicada porque últimamente me duermo en cualquier lado, ronco como un berebere macho en celo y parece que también a veces hago pausas, dejo de respirar un ratito, para alarma y beneplácito de los contertulios. No sé si alarma cuando dejo de respirar y beneplácito cuando arranco de nuevo, o al revés.
Uno supondría (yo suponía) que un estudio destinado a monitorear las posibles alteraciones y desvíos de la normalidad del sueño de un individuo, debería estar instrumentado de manera tal que no interfiriera con el curso habitual del paso de la vigilia al sueño ni con el decurso posterior del mismo.
Graso, grasísimo, grasientísimo error.
En la previa todo parecía fácil y sencillo: presentarse a la hora 21, ya cenado y dispuesto a dormir toda la noche. No se permiten acompañantes durante el transcurso del estudio, cosa que me pareció lógica, para qué Demóstenes un acompañante si te vas a pasar durmiendo todo el tiempo, pero además hay otra razón, que más adelante les contaré, para no permitirlos.
Por supuesto que fue imposible convencer a las mujeres de la familia de que perfectamente podía ir solo, hacerme el estudio y al otro día volverme a casa lo más campante y bien dormido. Así que allá aparecí a las 20:50 con mi hija, que llevó el paquete, lo entregó y se volvió.
Arrancamos con el interrogatorio acerca de filiación, antecedentes, medicación en curso, etc., muy completo y detallado, que nos insumió unos 45 minutos. En parte por lo detallado, pero más porque uno pensaría (yo pensaba) que existiría un formulario con toda la requisitoria ya detallada para ir llenando paso por paso. Nuevo error obeso: la pobre licenciada iba anotando en una hoja A4 con su letra menuda y parejita, pero para mi sorpresa lo hacía por sectores. Empezó arriba, como cualquiera que anota en una hoja, pero iba dejando espacios a los que volvía luego rellenando con mis respuestas a las preguntas que se le iban ocurriendo sobre la marcha. De ahí deduje que el formulario sí debería existir y, una de dos: o se le habían terminado, o estaba en etapa de prueba sin imprimir todavía y lo llenaría después. Cuando terminamos me di cuenta de que no habíamos terminado, porque me sugirió que me fuera metiendo en la cama – previas gestiones que uno realiza antes de meterse en la cama – mientras ella pensaba y si se le había quedado alguna pegunta en el tintero me la hacía después.
Y ahora viene lo bueno. Con el fin de que los registros de mi actividad durante el sueño fueran diversos y ajustados (algunos eran realmente apretados), una vez que gestioné y me acosté, la rubita procedió a colocarme, a saber dos puntos
- 2 ó 3 electrodos en cada pantorrilla, para saber si uno es de los que cuando se duerme, patea.
- Todos los electrodos para registro del electrocardiograma, que como todo el mundo sabe son unos cuantos, entre tórax y miembros (no, sólo superiores e inferiores, ese se salvó).
- Un cinturón de esos tipo riñonera a la altura del ombligo y otro igual a nivel del tercio medio del esternón, para registrar la respiración abdominal y torácica (estos eran los apretaditos). Y aquí me di cuenta por qué no se permitían acompañantes: para no tener que ponerme, además, el de castidad.
- Todos los electrodos para registro del electro-encéfalograma, que como todo el mundo no sabe y yo tampoco, son muchos más, como 12 y sobre el cuero cabelludo, sujetaditos como toooooodos los anteriores con su respectivo pedacito de leuco.
- Y bueno, finalmente, unos 517 electrodos hábilmente diseminados sobre toda la fisonomía del que suscribe, para registrar la actividad muscular facial, incluyendo un bigote de alambre que debe haber sido algo así como el del Inspector Clouseau. Cada aplicación precedida por la respectiva refregadita de algodón con alcohol – “aprete el ojo, no le vaya a entrar alcohol” me dijo la guacha de mierda mientras me incrustaba uno justo donde se juntan los dos párpados del lado de afuera – y seguida del respectivo pedacito de leuco.
Cuando la GM, volviendo un poco a lo de las siglas, me preguntó para que lado dormía, ahí me invadió el temor de que no me hubiera fijado y me habían dado hora para el 28 de Diciembre. ¿O me habría agarrado una metástasis de Tinelli en el Uruguay? Le respondí que para los dos lados, y creo que no le agregué como todo el mundo para que no creyera que la estaba tratando de burra. Pero resulta que la GM estaba programada para que le dieran como respuesta derecha o izquierda, no le introdujeron la opción ambos. Para lo que tampoco estaba programada era para decirme que de eso dependía de qué lado enchufaba todo el cablerío, que parece que es cortón y por eso no acepta la opción ambos. Como tuve que optar por una, le dije izquierda por supuesto, y allá fueron todas mis conexiones. Con la consecuencia que más o menos en el canto IV de mi Odisea personal, cuando me di vuelta para la derecha, porque ya se me estaban necrosando los glúteos y la piel sobre el trocánter izquierdo, apareció la GM como pelado sin lengua a reconectarme todos los desenchufes que provocó mi incomprensible actitud.
Bueno, les ahorro la secuencia paso a paso de lo que fue el tratar de dormir en esas condiciones. Sólo espero que a lo mejor algún día Spielberg lea esto y me compre los derechos para la superproducción “Hell down south: PSG!!” Cuando la den, les recomiendo especialmente la escena que comienza cuando la GM – la otra, porque a la 1 y 30 cambiaron – entra cantando “A desalambraaar, a desalambraaarr!!” y arranca uno por uno los 6553 pedacitos de leuco sitos en términos generales sobre las zonas pilosas más prolíficas del berebere macho, al que se le fue el celo hace horas.
Y la frutilla: el resultado lo va a tener en un mes aproximadamente, nosotros le avisamos cuándo puede pasar a retirarlo. Estoy seguro que van a pedir una prórroga, no creo que vaya a ser nada fácil interpretar el rayerío que debe haber quedado en esas condiciones.
PD: ¡Ah!, las preguntas que efectivamente se le habían quedado en el tintero a la GM1, me las hizo la GM2 antes de desalambrarme, a las 6 menos cuarto de la mañana y yo con un sueño que estoy seguro le contesté cualquier cosa.
Y volviendo a las siglas, no se distraigan que se viene el P.S.I.!!!!