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Divertido, algo culto, familiero, siempre dispuesto a hacer reír a la gente. ¡Ah, y manya a muerte!!!

miércoles, diciembre 14, 2016

METIÉNDOME EN PROBLEMAS

DE LOS REFRANES Y MODISMOS
Llama poderosamente la atención la enorme cantidad de estas expresiones que usamos a cada rato y todos los días. Y estudiándolas un poco más a fondo, nos parece que algunas no son del todo adecuadas, otras no se entienden mucho y otras merecerían un comentario adicional. Ahí van.
·         No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Suena un poco arrogante y coercitiva. Yo le agregaría “O bien, no hagas hoy de mala gana lo que harás mejor mañana”.
·         Es como pedir peras al olmo. Se usa pretendiendo expresar que algo es imposible de conseguir. Bueno, ni peras, ni uvas, ni higos, ni melocotones, porque el olmo es un árbol, que dicho sea de paso está en peligro de extinción, que da un fruto que se llama sámara, que es como una hoja roja arqueada con la semilla pegada de un lado. Se podría agregar que acá en Florida lo único que se les puede pedir a los Olmos es que adelgacen.
·          No se puede estar en la misa y en la procesión. Yo, como buen ateo, prefiero “no se puede chiflar y comer gofio”, que además se aproxima apreciablemente a nuestro acervo telúrico rural.
·         Al que Dios no le dio hijos, el Diablo le dio sobrinos.  Cuando alguien tiene que ocuparse de algo que le cayó sin tener nada que ver. Me agradaría mucho saber por qué a mi me dieron las dos cosas.
·         Al que le caiga el sayo, que se lo ponga. Y sí, me lo pondría con todo gusto, pero ¿qué mierda es un sayo? ¿Y si me lo pongo y me duele?
·         A caballo regalado no se le miran los dientes. Claro, no queda bien andarse fijando si el regalo es bueno o una porquería, pero ¿qué pasa si te regalan un descravinizador helicoidal de compresión suspendida? Ahí no hay más remedio que mirarle no sólo los dientes, todo hay que mirarle para ver si uno se da cuenta qué es y para qué sirve. Y yo diría que  más bien al que hay que mirarlo muy bien es al que anda regalando caballos por ahí, yo sospecharía algo turbión. ¿O no?
·         A mal tiempo, buena cara. A este le contesto con otro: “Ojalá que te parta un rayo”.
·          La tercera es la vencida. De acuerdo. El problema puede ser llegar a la tercera.
·          Para muestra alcanza un botón. ¿Acaso se trata de una exposición de los cuerpos de la policía?
·          Al que nace barrigón, es al ñudo que lo fajen. Una nueva versión más actualizada establece que “al que nace barrigón, pantalones de medida, porque no hay de confección”.
·         Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. De la misma fuente (de la versión anterior, no de la que va el cántaro): “Tanto va el cántaro a la fuente, que por fin instalan el agua corriente”.
·         Cría cuervos y te sacarán los ojos. Bueno, te digo, se lo merece, ¡hay que criar cuervos!!!
·         El pez por la boca muere… y no se embarazan las mujeres.
·         El que la hace la paga. No siempre. Por más que le argumenté la procedencia bíblica de este refrán, el Cacho Mendietta me cobró igual la muzzarella.
·         Quien mal anda, mal acaba. Por esa razón, los rengos no deberían tener hijos.
·         El que mucho abarca, poco aprieta. Refrán viejo, no existía Hulk en esa época.
·         El que ríe último, ríe mejor. En realidad, el que ríe último es el que no entendió el chiste y se ríe para disimular que no entendió.
·         Es como buscar una aguja en un pajar. Mucho más difícil sería tener que buscar en un pajar una paja de 3 mm de grosor por 7.7 cm de largo.
·          Las desgracias no vienen solas. Muy cierto. Fíjense, acá somos tres.
·         Lo último que se pierde es la esperanza. Claro, que se renueva en cada partido que juegan Peñarol o Nacional por la Libertadores, en los que lo último que se pierde es el próximo partido.
·         Los cuernos son como la dentadura postiza: al principio molestan, pero después te ayudan a comer.
·         Martes, no te cases ni te embarques. Mirá, mejor no te cases de lunes a domingo, y si la mano viene complicada embarcáte cualquier día para lo más lejos posible.
·         Le vino como anillo al dedo. Me parece que debería ser al revés, como dedo al anillo. Porque, a ver, supongamos que el anillo no le entraba o le bailaba, ¿cómo se arreglaba el problema? Modificando o cambiando el anillo, el dedo no lo podés achicar o agrandar. Y aunque lo agrandes (pegándole unos martillazos, para que se hinche), después va a volver a su tamaño normal y el problema va a subsistir. O sea, que cuando todo sale de maravilla, es porque el dedo le quedó bien al anillo.
·         Nadie es profeta en su tierra. Totalmente obsoleto, hoy por hoy nadie es profeta en ningún lado. La profesión de profeta ha caído en absoluto descrédito debido a las cagadas que hacen los que pronostican el tiempo. 
        Ande yo caliente y ríase la gente. 
                                       Y bueno, si es tan patente,  
                                        sacáte esa zunga urgente  
                                        y ponéte algo decente. 

Y bueno, podríamos seguir así hasta Navidad, porque si hay algo en nuestro idioma de lo que no existe carencia son los refranes. Si alguien conoce alguna otra modificación o interpretación de algún otro, que me llame y lo agregamos.
Felices fiestas.