Esto se generó en dos instancias.Uno de mis hijos, creo que el Joaco, me pidió que le hiciera un resumen de las "Meditaciones" de Descartes. ¡Dios mío!! Jamás había leído una cosa tan infantil y aburrida, un eximio manejo de la lógica partiendo de las bases más absurdas imaginables. Ahora me pregunto si Descartes era el apellido del Renato o una calificación premonitoria del valor de su obra.
Posteriormente Camila, una de mis 3 nietas favoritas (los otros 2 son mis nietOs favoritos) se graduó de profa de Filosofía, por lo tanto homenaje, fiesta y regalo correspondiente.Bueno, y ahí se juntó todo, catalizado por mi habitual tacañería que me ha llevado a descubrir que el mejor regalo es dar algo, una parte de sí mismo, y no andar por ahí comprando zapatos, pimentones, collares, colgantes, Rollex, Rolls Royces o pavadas por el estilo que andá a saber si al regalado le gustarán, si usa o ya tiene.
Y salió esto. A la Cami le gustó (¡pobrecita, qué otra cosa podía decir...!!!) y ahí va.
ALGUNAS MEDITACIONES SOBRE EL VASO
MEDIO LLENO O VACÍO
En los últimos tiempos he sentido en varias oportunidades que las personas se refieren a otras en cierta forma despectiva, diciendo “son los que ven el vaso medio vacío”, o por el contrario, loándolas porque son de las que “ven el vaso medio lleno”. Nuestro propósito aquí será hacer ciertas disquisiciones sobre lo que entendemos una elección poco feliz del ejemplo en cuestión.En primer lugar quiero dejar sentado que mi opinión, si me muestran un vaso en tales condiciones, es que el vaso está por la mitad, o casi lleno (si está casi lleno), o casi vacío (si está casi vacío). Pienso que es lo más lógico inclinarse por la probabilidad más próxima en estos últimos dos casos, independientemente de si uno es optimista o pesimista, como se quiere inferir de la respuesta.
Ahora bien. Si la inquisitoria va acompañada de la pregunta a vos (o Ud., para no ser confianzudos) qué te (le) parece, ¿está medio lleno o medio vacío?, entonces entiendo que hay diversos criterios para encarar la respuesta.
Por ejemplo: ¿qué es lo más probable estadísticamente? ¿Cuántas y cuáles pueden ser las causas de cada una de las posibilidades? Intentemos estudiarlas lo más exhaustivamente posible.
Un vaso puede estar semivacío porque:
- Alguien está bebiendo su contenido lentamente, de a poco, como se hace habitualmente con las bebidas espirituosas para evitar agarrarse un pedo de novela. De todos modos, no está escrito en ningún lado que los vasos llenos haya que tomárselos todo de un saque, para no dejarlos medio vacíos y que venga alguien a preguntar si está semilleno o semivacío.
- A ese alguien – el mismo de arriba, u otro – se le metió una mosca en la boca con el primer trago, y ahora está en el baño vomitando. Por eso el vaso está semivacío.
- El Sr. Alguien ya iba en su sexto o séptimo vaso de lo mismo, se hartó y no lo terminó. Esta última instancia es muy frecuente en las fiestas como cumpleaños, bodas, bautismos, etc., que como el escabio es de arriboira todo el mundo se sirve como si fuera el último día de su vida y cuando termina el evento las mesas están llenas de vasos, esos sí, auténticamente semivacíos. Y algunos llenos del todo, sin tocar.
- Últimamente, con el furor de la telefonía móvil, lo más probable que el Sr. Alguien haya dejado su bebida sin terminar porque el celular le sonó y tuvo que dejar todo lo que estaba haciendo por haberle surgido un problema urgentísimo imposible de postergar. Pobre Sr. Alguien, justo a él y en ese momento le toca la única llamada importante de las 400.000 al pedo que hace todo el mundo por día.
Y bueno, creo que hasta aquí llegamos, no se me ocurre otra causa de frecuencia y jerarquía relevante como para incluirla en este estudio. Si alguno de Uds. sabe de alguna otra le ruego comunicarse conmigo. Aunque, pensándolo bien, en el hipotético caso de que tal contingencia sucediese, seguramente no me faltarían argumentos para refutarla de plano, ya fuere por su irrelevancia o por estar comprendida dentro de alguna de las anteriores, de la que constituiría simplemente una variante. Así que más bien no se molesten. Igual muy agradecido, y sigan participando.
Ahora veamos las causas de por qué puede estar semilleno:
- Se vació el recipiente con el cual se quiso llenar el vaso, ya fuera una botella, jarra, bidón, vaca, etc.
- El Sr. Alguien, cuando le sirvieron, pidió que no se lo llenaran por algún motivo fundado (o infundado, pero había que hacerle el gusto).
- Normalmente, por razones de etiqueta o lo que fuera, esa bebida no se sirve hasta llenar el vaso.
- El dueño de la bebida está sirviendo a un invitado y es flor de tacaño.
- El vaso es de esos que cuando uno lo inclina para tomar se chorrea todo –encima de uno, por supuesto - , así que al servirlo no se puede llenar hasta arriba porque se va a chorrear antes de tiempo y te arruina el chiste.
- Al que lo estaba llenando también le sonó el celular. No hay caso, hoy andamos ligando mal.
- El Sr. Alguien es descendiente directo de Cyrano de Bergerac, y si le llenamos el vaso hasta arriba corre serio riesgo de asfixia por inmersión.
- Justo cuando el anfitrión estaba llenando el vaso hubo un corte de energía eléctrica y tuvo que detenerse para no desparramar todo el líquido por ahí.
- También pudo suceder que le haya entrado una picazón brutal en la nariz, y, como ya lo dejó bien establecido Juceca, cualquier abombado sabe que no se puede servir líquido y estornudar al mismo tiempo.
- El Sr. Alguien, casi inmediatamente que le empezaron a servir, manifestó que de esa bebida no puede tomar porque le cae mal, por lo que se suspendió el llenado casi en seguida de haber comenzado. Esta instancia es particularmente importante, porque un vaso con apenas un poquito de líquido impresiona más como casi vacío, y sin embargo, como pudimos ver, estaba a medio llenar. ¿Vieron, vieron que no se puede prejuzgar a nadie?
Y bueno, yo que sé, es seguro que deben quedar múltiples otras causas, pero creo que estos pocos ejemplos alcanzan para dejar sentado que, estadísticamente, es mucho más probable que un vaso esté semilleno que semivacío.
Sin embargo, si la persona a la que se le pregunta es relativamente culta y muy devota y amante de nuestro lenguaje, tan rico en expresiones idiomáticas, inmediatamente les va a decir, utilizando un criterio semántico, que los vasos están siempre semivacíos. ¿Y por qué? Sencillamente, porque la Real Academia Española sólo tiene la expresión semivacío, el término semilleno no existe en su diccionario, como me acabo de dar cuenta yo que cada vez que escribo semillero el alcahuete del corrector del Word me lo cambia por semillero. El último lo dejé sin corregir para que se pueda comprobar la veracidad de mi aserto.
Podría argumentarse que tal cosa se debe a que los integrantes de la RAE son todos una manga de viejos amargados y pesimistas, lo cual me parece insostenible. De ser así, las definiciones de términos tales como alegría, buenaventura, felicidad, euforia, etc. serían algo así como “situación del ánimo o estado espiritual opuesto o contrario a la tristeza, infelicidad, depresión…” o algún otro etc. Y no ocurre tal cosa.
De manera que si se encara la requisitoria con otro criterio, la respuesta va a ser exactamente la inversa, con un giro de 180º. Y lo más probable que si investigamos otra cantidad de nuevos criterios, que sin duda los debe haber, vamos a encontrar razones para que las respuestas varíen en 90º, 45º y aún en 137º 55’ 17’’.
O sea que, como lo decíamos al comienzo, ha habido evidentemente una mala elección del procedimiento para calificar a las personas como optimistas o pesimistas. Si a mi me designaran para investigar tal cosa, primero les diría que busquen a otro, porque a mi no me importa un carajo si las personas son pesimistas u optimistas, que se jodan los unos y los otros. Ahora, si del hecho devengara algún logro personal (por ej.: una colección de fotos de Benjamín Franklin sobre fondo verde), aceptaría el desafío y buscaría otra manera de hacer el sondeo.
Como por ejemplo, preguntar la edad de la persona, e inmediatamente, cómo se siente en base a esos años vividos. Si la persona se refiere a sus experiencias positivas de vida, sus logros, los hitos que han ido marcando su crecimiento existencial, se podría ubicarlo con los optimistas. En cambio, si contesta como mi amigo el Tito Sclavo “y que quiere, yo ya estoy más cerca de la lira que de la guitarra”, el tipo no hay duda que es del otro cuadro.
O bien en la mitad de un viaje preguntarle cómo va, a ver si se refiere a todas las cosas nuevas que ha ido conociendo o putea porque todavía le faltan como 800 Km para terminarlo.
En fin, no dejarán de reconocer que estas meditaciones, como toda empresa de la mente humana que trata de explorar los misterios de su propio funcionamiento, no deja de ser una inmensa e irresponsable pelotudez, ¡qué cosa más al pedo, por Dios!!
¿Nolespa?
Bah, me voy a reponer el whisky, que tengo el vaso semivacío.
Este libro no se terminó de imprimir.
Al autor en cualquier momento se le ocurre alguna otra pelotudez de similar calaña
Y se la agrega.¡Qué le vamos a hacer!
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